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Reducción de mamas, la cirugía que sana y embellece

La operación de senos es una de las más solicitadas por las mujeres pero, en contra de lo que se cree, no todas las intervenciones son para aumentar el tamaño de la mama. De hecho, la demanda para reducir el tamaño de las mismas ha subido cuatro puntos desde 2014 y la eleva hasta el tercer lugar entre los procedimientos más demandados del sector.

Y la realidad es que se solicita, sobre todo, por motivos de salud. Los dolores de espalda provocados por el peso de los senos femeninos suelen ser la principal causa para operarse ya que en muchos casos pueden llegar a ser insoportables. Otros motivos que llevan a las mujeres a decidirse a reducirse el pecho son: la imposibilidad de realizar deporte, los problemas de socialización, psicológicos, la irritación de la piel bajo los pechos, su adormecimiento e incluso las dificultades de respiración.

El pecho puede experimentar un crecimiento anormal en dos periodos clave en la vida de la mujer, la adolescencia y la menopausia. Por motivos hormonales, el tejido mamario puede crecer de manera desproporcionada, causando la llamada hipertrofia mamaria o en su caso extremo la gigantomastia. En este último caso nos encontramos ante un pecho desmedido que puede provocar, además de fuertes dolores, problemas psicológicos, especialmente en la adolescencia. Ante esta situación se requiere una buena valoración preoperatoria para decidir la mejor técnica pero, lo que sí es seguro al cien por cien es que los beneficios son evidentes para la salud.

La doctora María Jesús García-Dihinx, directora de la Unidad de Cirugía Plástica y Estética del hospital Quirón de Zaragoza y experta en reducción de pecho en Zaragoza, habla de algo que preocupa a la mayoría de las mujeres que se reducen el pecho como es la apariencia final que les va a quedar: “La reducción no solo hace que el pecho reduzca su tamaño, la mama estará más redonda, elevada y firme. Además de reducir el volumen de la mama se recoloca para que se pueda ver un escote lleno. En la apariencia final también influirá el tipo de mama, las glandulares son más tensas, mientras que las de predominio graso, son más blandas al tacto”.

Una recomendación general que da la Sociedad Española de Cirugía Plástica es la de evitar las ofertas de operaciones estéticas low cost que prometen “milagros” por precios irrisorios y que no cubren ni siquiera los costes mínimos de una operación donde se garantice la seguridad y la salud del paciente. Contar con buenos profesionales que actúen sobre el volumen mamario para lograr el equilibrio y la proporción con el resto del cuerpo, que realicen estudios previos y que cuenten con quirófamos profesionales, como es el caso de la doctora García-Dihinx, con más de 30 años dedicada ala cirugía estética, y que opera en el Quirón de Zaragoza, garantizan el éxito.

La reducción de mamas o mamoplastia de reducción es de los procesos más largos dentro de la cirugía mamaria. Suele durar entre tres y cinco horas y es necesario realizarlo en un centro hospitalario. La cirugía consiste en la extirpación de piel, de glándula y grasa, movilizando la areola mamaria a su nueva posición.

El post operatorio es algo que también preocupa y, en  la mayoría de los casos no es más que una molestia que dura las horas posteriores a la intervención. “En nuestra clínica, apunta García-Dihinx, la perfección de la técnica ha hecho que a partir de 24-48 horas la paciente pueda realizar vida casi normal y en la primera semana reincorporarse al trabajo”.

Esta operación es, como hemos dicho antes, una de las más demandadas; entre otras cosas porque su porcentaje de éxito es altísimo, pero los resultados de la operación de reducción de pechos son óptimos pasados unos meses después del procedimiento. Hay que tener paciencia, esperar a que se resuelva la inflamación, se establezca la madurez de la cicatriz y se suavice el tejido mamario. Y, por supuesto, elegir un buen profesional de los muchos que abundan en España, no solo en Madrid o Barcelona. La reducción de pecho en Zaragoza, por ejemplo, estaría garantizada en manos de expertos como la doctora  García-Dihinx.