
Con las vacaciones llegan los planes para viajar; en algunas ocasiones, a sitios remotos y paradisíacos que incluyen interminables vuelos… Y con las bodas, más de lo mismo, ¡porque llegan las lunas de miel! Y con todos estos viajes, el incómodo jet lag. ¿Cómo se produce? Y lo más importante, ¿cómo se puede evitar?
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¿Cómo se produce el Jet Lag?
Nuestro organismo dispone de un reloj interno alojado en el núcleo supraquiasmático, el centro principal de regulación de los ritmos circadianos, que estimula la secreción de melatonina y regula nuestros períodos de sueño. El ritmo circadiano depende de factores ambientales como los ciclos de noche y día, y necesita un tiempo para adaptarse si esos factores cambian demasiado rápido.
El problema del Jet Lag se produce habitualmente cuando volamos largas distancias, cambiando el patrón de día y de noche. Nuestro organismo no tiene tiempo de adaptarse, y el resultado son síntomas como fatiga, problemas digestivos, alteraciones del ciclo de sueño y vigilia, apatía, irritabilidad o confusión.
¿Cuánto dura?
En general, el cuerpo necesita alrededor de un día por cada zona horaria que atraviese. Si el horario de destino tiene una diferencia horaria de tres horas respecto al lugar de dónde has partido, tardarás algo más de tres días en volver a la normalidad. Si está a seis horas, tardarás unos seis días. Aunque hay un dato importante a tener cuenta: volar hacia el este provoca más Jet Lag que hacerlo hacia el oeste. Los expertos afirman que el ciclo circadiano humano es ligeramente superior a las 24 horas y, por tanto, se adapta peor a días anormalmente más cortos, que a días más largos.
¿Cómo combatir el Jet Lag?
Los consejos más habituales recomiendan ir aclimatándose al horario de nuestro punto de destino con días de antelación, fijar todos los horarios (comidas, cenas, sueños, etc…) o incluso aliarnos con las horas del sol. Sin embargo, hay una solución realmente efectiva para combatirlo. El nuevo Travel Aid de Perricone MD. ¡Y qué nada arruine tu luna de miel!
¿Qué alimentos debo o no incluir en mi dieta?
Hay que empezar evitando determinadas ingestas y sincronizando, en la medida de lo posible, las comidas a los horarios de destino. En este caso, los alimentos saludables resultan, por regla general, los más adecuados para reducir los efectos del jet lag. Toma nota de los siguientes.
- El kiwi, rico en serotonina, una hormona que se convierte en melatonina -que entre otras funciones controla el ciclo del sueño- es un alimento ideal, al igual que la cereza, que ya es en sí misma una de las pocas fuentes naturales de melatonina.
- El plátano, rico en triptófano, ayuda a aumentar la serotonina, lo que contribuye a eliminar el desfase horario, o las bayas de Goji, que facilitan la conciliación del sueño.
- El arroz, la pasta, las patatas, las aves de corral o el pescado son alimentos ricos en triptófano, algo que facilita la conciliación del sueño, lo que convierte su ingesta nocturna en una decisión adecuada.
Por el contrario, hay que comenzar a quitar de nuestra dieta días antes de comenzar el viaje la sal. Provoca retención de líquidos y, con ella, se mantiene la hinchazón de las extremidades. ¡ Y nada de comida procesada! Esta puede reducir los niveles de serotonina, lo que dificulta poder dormir. ¡Feliz luna de miel!