
“Solo de Loewe” leo en el cartel mientras repaso con la mirada al cara-guapa del agente Peña en Narcos y me digo: ¿solo de Loewe? ¿Y por qué solo de Loewe con lo bonito que es compartir?
Cuando alguien es tan tan tan no puede ser solo de alguien y mucho menos de algo, aunque ese algo sea un perfume premium que huela a bergamota, mandarina, lavanda, limón, guayaba, tomillo, romero, madera de charmira, caña agria, nuez moscada, canela, anís, pimienta rosa, menta, alcaravea (que no sé ni lo que es), naranja tangerina, ámbar, almizcle, vainilla y notas amaderadas. ¡No sabría repetirlo ni con chuleta!
Pedro Pascal es uno de los hombres de mi vida
Cierto es que huele que alimenta con tantas notas olfativas y que esto es lo que le faltaba a este hombretón chileno para conseguir, en el hipotético caso de que me lo pidiera, mi número de teléfono sin ofrecer resistencia alguna. Los responsables de la colonia española dicen que su nuevo perfume pone al descubierto a un hombre sensual, único, elegante y sofisticado.
Compruebo con algarabía que le han calado a la primera. También dicen los de Loewe que esta colonia es el complemento ideal para “un hombre con las ideas muy claras”. Pues voy a empezar a echármela a litros porque hombre no seré pero tengo muy claras las ideas. O más bien la idea: Pedro Pascal es uno de los hombres de mi vida. Virtual, eso sí, aunque probablemente transitorio, eso también. Porque muchas son las veces que me dejo llevar por el impulso de las series que pitan, los personajes canallotes que te embaucan y los gustos contagiosos de mis amigas. Y muerta la serie, enterrada mi pasión y a otra cosa mariposa.
No obstante, me da en la nariz que esta vez va para largo porque a Pedro Pascal lo mismo le veo en Netflix haciendo de poli de la DEA, como en Movistar, interpretando a un vigoroso príncipe de algún Trono o, en los cines Kinépolis, en el rol de espía habilidoso o en las pausas publicitarias de la tele oliendo, encima, a Loewe. ¡Vamos, como para exigirme a mí misma olvidarme de él!
Es de todas
En el cartel promocional, fotografiado por Gonzalo Machado, también veo que Pedro me mira y me dice colocando su dedo índice en la comisura de su boca que me calle, que le voy a acabar ruborizando. Pero es que “al pan pan y al vino vino” le digo yo clavando mi pupila color ojo en la suya seductora. Y no me puedo contener para acabar diciéndoos que además es accesible, simpático, sencillo y natural. Así se mostró en la presentación de la colonia y en la premier de su peli. Como para que sea SOLO de Loewe. No. El Burt Reynolds del siglo XXI, como se le conoce también, es de todas; y si no que se lo digan a las famosas y no tan famosas que le “olimos” a un palmo de nuestras narices. Mandarina, lavanda, limón, guayaba, tomillo, uhmmmmm, ñammmmmm.