
Esta es la historia de un vestido hecho a mano en el año 1932 y que han vestido cuatro mujeres de una misma familia. ¡Es tan impresionante ahora como lo era hace 86 años! Todo comenzó con María Teresa Moreno, conocida por sus familiares como ‘Grande’, que fue la que se hizo el vestido antes de su propia boda en 1932. Desde entonces, el vestido de seda de manga larga se ha transmitido a través de diferentes generaciones de mujeres de su familia: luego lo llevó su nieta Marta Prietto O’Hara, 1983; seguido por Elena Salinas en 1997, otra nieta y hermana menor de Marta. Y más recientemente, Pilar O’Hara Kassouf, su bisnieta, que lo llevó en septiembre de 2017.
Tabla de contenidos
«Mi abuela estaría emocionada de saber que mis hijas han llevado su vestido de novia»
Marta, que vive en Tustin (California), dijo a HuffPost en una entrevista que el hecho de que ella y su hija Pilar usaran un vestido con una historia familiar tan rica fue una experiencia «más allá de las palabras. Fue una conexión con mi abuela, con quien estaba muy cerca», dijo Marta sobre ‘Grande’, quien murió en 2009. «También era mi madrina y vivía a la vuelta de la esquina, así que la veía todo el tiempo. Y vivió hasta los 98. Mis hijos crecieron conociendo a su bisabuela, y sé que ella estaría emocionada de saber que una de sus bisnietas ha querido ponerse también su vestido«, explicaba también.

Un vestido de novia hecho a mano
María Teresa, una talentosa costurera de Los Ángeles que nació y creció en México, se enamoró de un vestido de novia que vio en una tienda y decidió recrearlo a mano para su boda con Manuel Moreno. El matrimonio tuvo cuatro hijos, dos niños y dos niñas. Una de su hijas, Anita, se casó con Pablo Prietto en 1957, pero llevó un vestido diferente. Eso sí, hecho a medida por su madre para la ocasión. El vestido de su madre quedó guardado en una caja en su armario.

Dos hermanas, un mismo vestido
Años después, en 1983, fue cuando Marta, una de los siete hijos de Anita, planeó su boda con Kevin O’Hara. Anita quería que su hija usara el mismo vestido que ella, sin embargo, una mancha grande en el corpiño lo impidió. ¡Pero había un plan B! La caja donde guardaba el vestido de ‘Grande’. «Antes de ver incluso el estilo del vestido, me fijé en la tela y pensé que si me quedaba bien, me lo iba a poner. Me lo probé y entonces lo supe. Es de una seda espesa y deliciosa», relata Marta. En el año 1997, Elena, hermana de Marta, continuó con la tradición y se casó con su esposo Ric en Silver Lake, Los Ángeles, ¡y también lució el elegante vestido!

«El vestido de novia de mi familia lo significaba todo para mí»
Después de la boda de Elena, el vestido volvió a una caja durante 20 años… ¡Hasta que la hija de Marta, Pilar, se comprometió con Nick Kassouf en abril de 2017! «La idea de ponerme el vestido de mi madre, mi tía y mi bisabuela no fue real para mí hasta que me comprometí. En ese momento, fui a casa de mi abuela Anita para probármelo. Cuando lo hice y me vi en el espejo, lo supe. Me quedaba como un guante y no necesitaba arreglos. El vestido de novia de mi familia lo significaba todo para mí, no me hizo falta mirar otros vestidos en otras tiendas para saberlo», explica Pilar a HuffPost.

Mínimas modificaciones
Lo más sorprendente de esta historia es que el vestido nunca ha sido llevado a arreglar por ninguna de las cuatro mujeres que lo han llevado. ¡Les quedaba perfecto! Las únicas modificaciones que ha sufrido el vestido han sido: quitar parte de la cola original; cambiar la parte de atrás del vestido en forma de V; y agregar o quitar algunos pequeños abalorios o adornos de encaje.
Desde el año pasado no parece haber más bodas familiares en el horizonte, por eso no sabemos quién será la próxima en lucir este vestido de novia con historia. Dos de las sobrinas de Marta: Daisy, de 16 años, y Lola, de 17, parece que se postulan para seguir con esta tradición. Pero hasta que lleguen sus respectivas bodas, el vestido tendrá que esperar pacientemente a su próxima novia en una caja en el armario de Anita.