
En España hay registradas más de 5.000 residencias para mayores que atienden a más de 370.000 personas. ¿Pero esa atención es siempre tan buena como sería deseable? Durante la pandemia han cobrado mucho protagonismo y no siempre en el sentido positivo. El hecho de que hayan fallecido más de 19.500 ancianos en estos centros por Covid-19 o síntomas compatibles, los ha colocado en el centro de la polémica.
Las Comunidades Autónomas donde se han producido menos fallecimientos en las residencias de ancianos, según datos oficiales, han sido: Canarias, Baleares, Andalucía y País Vasco. Mientras que Madrid, Cataluña y las dos Castillas son las regiones que han registrado mayor número de defunciones de ancianos en residencias.
Y es que en el asunto de residencias geriátricas, como en cualquier otro ámbito social, las hay buenas, malas, mejores, pésimas y sobresalientes.
Nosotros, desde Bendita Locura, queremos ocuparnos también del estilo de vida de nuestros mayores y romper una lanza a favor de las sobresalientes, que las hay y muchas, con magníficas instalaciones y personal altamente cualificado. Residencias en las que los familiares pueden confiar y estar absolutamente seguros de que sus mayores van a estar no solo bien atendidos sino motivados y felices.
Al ser la comunidad del País Vasco una de las que menos defunciones ha registrado, hemos contactado con una de las que hemos considerado sobresalientes: la Residencia de ancianos en Bilbao, adaptada a las necesidades del siglo XXI y considerada centro de referencia en rehabilitación funcional. Dispone, además de unas instalaciones modernas, con profesionales altamente cualificados y especializados en las terapias gerontológicas más innovadoras.
En la Residencia Olimpia, por ejemplo, siguen el denominado Movimiento Green House, es decir, intentan recrear un ambiente hogareño para que los residentes se sientan como en su propia casa y alejarse así de la clásica estética de hospital. Además, admiten usuarios también por días o semanas con lo cual, resulta muy práctica para aquellos que están al cargo de sus mayores pero, a su vez, necesitan un descanso, sabiendo que su familiar está en buenas manos: “Estamos comprometidos con la promoción del envejecimiento activo, la autonomía personal y la atención gerontológica de nuestros residentes. Para ello ofrecemos todo un catálogo de servicios integrales personalizados y un espacio de convivencia ideal para que nuestros ancianos no caigan en el aislamiento social”, así reza el ABC de la Residencia Olimpia y nosotros hemos añadido una especie de decálogo fundamental para ayudaros a elegir la mejor residencia:
Aspecto estético. Todo lo que nos rodea habla de cómo se trabaja allí. Si el mobiliario está cuidado, las estancias limpias y aseadas, huele a limpio, … denota buena gestión.
Transparencia. Es fundamental que nos enseñen todas las instalaciones, tanto la habitación donde va a dormir nuestro familiar como las zonas comunes incluida la cocina. Lavandería, …
Acondicionamiento. Con los menos escalones posibles, pocas pendientes, ascensores accesibles, barandillas en los pasillos, buena iluminación.. Y a nivel de las habitaciones, es indispensable que los residentes tengan sistemas de llamada de emergencia accesibles, cuartos de baño adaptados para personas en silla de ruedas…
Servicios. Siempre es más conveniente que tengan médicos, enfermeros, animadores, educadores y trabajadores sociales propios, es decir, que los profesionales trabajen con los ancianos y lleven un seguimiento individualizado.
Autonomía para el paciente. Conviene que se ofrezcan servicios de terapia ocupacional o fisioterapia para que los residentes conserven en la medida de lo posible su autonomía personal y disfruten de su tiempo libre aprovechándolo en actividades que les interese. Las actividades lúdicas, incluido el uso de las nuevas tecnologías, son imprescindibles para mantenerles estimulados.
Alimentación. Que sea variada, fresca y basada en las necesidades nutricionales de los ancianos de forma personal, adaptándose a sus patologías y necesidades.
Contacto familiar. Que la residencia facilite el contacto de la familia a través de las visitas, llamadas, salidas…y con unos horarios lo más flexibles posibles. Y, siempre que se pueda, que está ubicada cerca de su entorno habitual.